Si nos acercamos a Montesa, su Castillo es visita obligatoria. En la antigüedad el Castillo estaba habitado, principalmente, por religiosos y caballeros. Las funciones de Alcalde eran ejercidas por el sots-comanador, un caballero de la Orden de Montesa. Cuando una persona quería recibir el hábito de caballero pasaba al Castillo y se celebraba la ceremonia de nombramiento. En este Castillo debía de permanecer, al menos cuatro meses, aprendiendo ceremonias y oficios propios de la Orden. Durante la etapa del tercer maestro de Montesa se realizan las obras más importantes, construyéndose la sala capitular, el reflectorio, la Iglesia, una cisterna, un horno y la muralla que rodeaba el Convento. Todavía hoy, destaca en uno de los muros de la torre el escudo del maestro Pere de Tous. Posteriormente, se construiría el dormitorio y la capilla de San Jorge, así como la magnífica puerta a las habitaciones del maestro, hoy trasladadas al Palau de la Generalitat en Valencia. Afectado por el terremoto del año 1748, en la actualidad sólo podemos disfrutar de algunas dependencias de lo que fue en su día el Santo y Real Convento de la Orden de Santa María de Montesa y San Jorge de Alfama. El 13 de abril del año 1926, los restos del Castillo-Convento de la Orden de Montesa se declara Monumento Nacional. Durante la última década se han realitzado importantes intervenciones, que han permitido recuperar la rampa original de acceso al castillo, la consolidación de estructuras, limpieza de aljibes y en 2008, la reconstrucción de la sala capitular. Se puede visitar de manera guiada, previa reserva.