El Castillo de Sigüenza, situado en la comarca de la Serranía de Guadalajara, fue construido en el primer cuarto del siglo XII sobre otra anterior fortaleza musulmana. Tuvo reformas en los siglos XIV, XV, XVI y XVIII, aunque fue parcialmente destruido en el siglo XIX, durante las guerras carlistas, y en el siglo XX, durante la guerra civil. Actualmente, su silueta luce el aspecto militar que tuvo en origen.
Actualmente es propiedad de la Red de Paradores Nacionales del Estado, y se usa como Parador Nacional de Turismo. El conjunto de la ciudad seguntina es, desde cualquier lugar que se la mire, inolvidable y sorprendente. Conocer este recurso histórico es un acierto seguro para toda la familia.
Desde la reconquista de Sigüenza en el año 1123, la historia del pueblo y de su castillo se han ido relacionando con la de sus obispos. El fundador Don Bernardo de Agen, Martín de Finojosa, Pedro González de Mendoza, Don Juan Díaz de la Guerra… son algunos ejemplos de quienes fueron los encargados de levantar la fortaleza con el paso del tiempo.
En sus salones pusieron capillas, salas de justicia, tribunales y cárceles. Militares y servidores estuvieron siempre al cuidado de este castillo, mientras residían aquí los obispos.
Un hecho histórico a destacar fue en el año 1355, cuando en esta fortaleza fue alojada, en calidad de prisionera, doña Blanca de Borbón, rechazada por su marido, Pedro I de Castilla, y desde entonces cuenta la leyenda que vivió durante cuatro años en una de las torres de este castillo. Moriría asesinada a los veintidós años.
Fueron los árabes quienes le dieron la traza de alcazaba, la planta en rectángulo irregular y el gran patio central a este impresionante castillo que, posteriormente, fue sede episcopal. La fachada poniente es la de más altura y en ella se levanta la torre de Blanca, reina de Castilla. Dentro de este muro se encontraban las mazmorras, bodegas, almacenes y caballerizas reconvertidas, tras su adaptación como parador, en salón de ceremonias.
En una de sus esquinas, una torre cuadrada conserva el aparejo romano. En la fachada norte está la actual entrada al parador presidida por dos torres semicirculares. La puerta en memoria del obispo Girón de Cisneros luce su escudo en la entrada y también a él se deben la barbacana exterior y la restauración de los aposentos del palacio episcopal. Por delante, una reconstruida barbacana del siglo XIV que defendía el castillo.
La Catedral de Sigüenza, de estilo románico - gótico, es otro de los destinos imprescindibles por conocer de este municipio.