El Castillo de Vimianzo también conocido como Torres de Martelo se ubica en la comarca de Terra de Soneira en A Coruña.
Esta fortaleza se construyó entre los siglos XII y XIII y hoy en día, se ha reconvertido en un museo de artesanía vivo. De esto modo, podréis disfrutar durante todo el año de exposiciones permanentes en las que veréis el proceso de varios trabajos artesanales como las palilleiras, artesanas del lino, cesterñia, plata y vidrio, olería de Buño, cuero y maquetas de barcos, con exposiciones permanentes de estos trabajos artesanales.
En el año 1348 el rey Alfonso XI, confiscó esta fortaleza a Roi Soga Mariño de Lobeira, para vendérsela al arzobispo compostelano Juan García de Manrique. Pasó después a manos del duque de Arjona, Fadrique Enriquez y se calcula que entre los años 1425 y 1429, pasó por primera vez a formar parte de las propiedades de la familia de los Moscoso.
En el año 1467, se producen las Guerras Irmandiñas en las que el pueblo, cansado de las opresiones económicas de los señores feudales, tomó esta fortaleza, aunque la rebelión no duró mucho tiempo. El Arzobispo de Santiago Alonso II de Fonseca, posteriormente se apoderó del castillo en el año 1472, para su reconstrucción después de las revueltas del pueblo. Pero unos años más tarde, vuelvió a ser propiedad de los Moscoso.En el siglo XIX, se realizó una gran reforma por Evaristo Martelo Paumán, ya que en esta época el castillo estaba en bastante mal estado por lo que realizó obras para hacerlo habitable para su hija.
La Diputación Provincial de La Coruña en el año 1973 compró finalmente el castillo y lo rehabilitó.
Esta fortaleza se encuentra en muy buen estado de conservación, por lo que se trata de una excursión estupenda para hacer en familia.
Cuenta con murallas y foso, sobre el que se tiende un puente elevado. El edificio tiene planta poligonal irregular adaptándose al tereno. Tiene cuatro torres y un patio de armas, con unos fuertes muros de casi dos metros de grosor.
Se compone de tres torres defensivas rectángulares alrededor del patio de armas, además de la torre del homenaje, con sus almenos voladizas.
Las almenas en punta de diamante, que antes rodeaban la totalidad del castillo, solo se conservan en la torre del homenaje y en el paseo de uno de los muros.
También conserva el camino de ronda y en el portalón de entrada al patio se puede ver el escudo con la cabeza de lobo de los Moscoso.
Foto: Vimianzo.