Sumergirse en Jérica y pasear por sus calles es adentrarse en un rico patrimonio, fruto de su floreciente pasado. Conjunto histórico declarado Bien de Interés Cultural, nos garantiza un viaje por la historia de este municipio. Ejemplo de ello son sus calles estrechas en zigzag que nos recuerdan su etapa medieval, la Torre Mudéjar, símbolo de la villa y única en la Comunidad Valenciana. Al igual que sus iglesias, su museo o la Torre del Homenaje.
Un paseo por el entorno de Jérica ampliará aún más la experiencia de visitar este municipio. El paseo de las Fuentes, un parque idóneo para pasear, el pantano del Regajo, donde se puede practicar la pesca y el piragüismo, el antiguo Puente de Muñatones y su historia marcada por las riadas y la Vuelta de la Hoz, uno de los parajes más bonitos del término, son rincones envidiables e imborrables que enriquecerán nuestros recuerdos.
En lo gastronómico, podremos saborear platos que se vinculan a su tradición agrícola como la olla, las sopas de ajo y verduras, las patatas rojas o el arroz con cangrejos. Sus buenas carnes y pescados de río, como el barbo, se pueden disfrutar de distintas formas: frito o en salpicón. Y para endulzarse, postres como el pingano o los huevos de nieve.
Fuente: Mancomunidad Alto Palancia.