Sot de Ferrer se alza a orillas del río Palancia. Sus aguas marcan el paisaje allá por donde vamos. El paraje de la Fuente del Rio, el salto del Caño, el viejo Molino del Señor, el viejo puente “herido” por la riada del 57 y los cuatro lavaderos que hay en el pueblo nos demuestran que el agua no nos abandona, nos acompaña en todo momento, su proximidad ameniza nuestros sentidos.
Un paseo por Sot de Ferrer nos descubrirá tesoros increíbles, el emblemático y llamativo Calvario en forma de zigzag por el que se accede a la ermita de San Antonio, el palacio señorial, de arquitectura ojival, de finales del XIII, la imponente Iglesia de la Inmaculada con su fachada de 16 metros de altura y que en su interior guarda dos joyas pictóricas: el cuadro de la Inmaculada, de Juan de Juanes (s. XVI), y el Retablo de San Miguel, de Gherardi Sartnina (s. XIV). Un trayecto difícil de olvidar.
El valle del río Palancia circunda el casco urbano de Sot de Ferrer y para poder apreciarlo se recomienda subir al mirador de la Vía Verde de Ojos Negros, que ofrece una atractiva panorámica de la población. Diferentes sendas nos permiten conocer más de cerca los aldeaños del río Palancia para disfrutar del senderismo.
En lo gastronómico, se pueden degustar platos como la olla o los arroces caldosos, bañados con el aceite de oliva y con el sabor de las gustosas aceitunas de la zona.
Fuente: Mancomunidad Alto Palancia.