La ermita de San Frutos está situada dominando uno de los meandros del río Duratón, perteneciente a Carrascal del Río, en la Comunidad de Villa y Tierra de Sepúlveda. La visita de la ermita de San Frutos es un agradable paseo en el que las familias podréis disfrutar del enclave natural de las Hoces del Duratón.

En las cercanías de la ermita podéis contemplar, desde el mirador de San Frutos, las mejores vistas panorámicas del meandro que el río Duratón forma en este enclave, y donde la imagen de la ermita adquiere una gran protagonismo. Tras descender por una suave senda llegaréis a la ermita.

Ermita de San Frutos

En realidad, se trata del antiguo Priorato de San Frutos, un antiguo conjunto monástico que fue construido en el año 1100 tras la cesión del rey Alfonso al monasterio de Santo Domingo de Silos.

La ermita es una construcción románica del siglo XII cuya fundación se atribuye a San Frutos y sus dos hermanos, San Valentín y Santa Engracia, quienes eligieron el lugar para dedicarse a la vida contemplativa. Posteriormente se completó el complejo con un monasterio y un cementerio.

Se dice que San Frutos, actual patrón de Segovia, vivió a mediados del siglo VI en la ermita de estilo visigodo que ya existía en ese lugar. Lo que hoy en día el público lo ve como una iglesia de estilo románico y restos de las otras dependencias del mismo.

Para llegar al recinto hay que cruzar por un puente de piedra construido en 1757, y pasar junto a unas tumbas de piedra de la Alta Edad Media.

Desde la pradera que se abre ante la ermita y da al cañón es donde a los peques les encantará divisar los buitres leonados y contemplar su vuelo, cuyos nidos se sitúan en los desfiladeros que forman el meandro. ¡Hasta 710 parejas de estas aves se han llegado a censar!