La Giralda, ubicada en pleno casco histórico de la comarca Metropolitana de Sevilla, está considerado el monumento más emblemático de la ciudad sevillana. Fue declarada Patrimonio Nacional en 1928 y posteriormente en 1987, integró la lista del Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
La Giralda es la torre campanario de la Catedral de Sevilla y en su día fue la torre más alta del mundo con sus 97,5 metros de altura. La torre está constituida por dos cuerpos diferentes aunque perfectamente unidos, mostrando un ejemplo perfecto de la existencia de diferentes culturas que habitaron en la ciudad.
La Girada resume a las mil maravillas muchos siglos de historia sobre su propia fisonomía. La confluencia de los diferentes estilos arquitectónicos que la caracterizan, es el reflejo de las culturas que habitaron Sevilla. El resultado, ecléctico y singular, fascina a cualquiera que la visite.
El primer tramo que conforma la Giralda es el más antiguo (iniciado en 1184) y es de estilo almohade. Los arquitectos Ibn Basso y Alí de Gomara, fueron los autores de este alminar construido para la gran mezquita de la ciudad.
En el siglo XVI, se añadió el actual cuerpo cristiano, el campanario que remata la torre, a cargo del arquitecto Hernán Ruiz. El siguiente cuerpo es el de las azucenas, que cuenta con cuatro jarras de azucenas de bronce, una en cada esquina. Y encima de este, existe otro cuerpo más, de estilo renacentista.