Como tras la mirilla de un caleidoscopio, los cultivos de la zona parecen desde las alturas un mosaico de colores. Ante tal vista, el centro de atención de toda la cuenca es la Laguna de Peñahueca. De un elevado valor paisajístico, entre sus aguas emergen pequeñas islas. Hay además una característica que diferencia a esta laguna del resto: su riqueza cromática hipnotiza al visitante durante el verano.
Imprescindible estar atentos a las pagazas reproductoras y a las grullas en paso migratorio. Curioso es también observar al flamenco caminando entre praderas juncales mediterráneas. Se trata de un humedal salino cuya importancia reside en la vegetación que presenta, y que crece sólo en suelos salinos, así como en la fauna que habita el lugar.
La época más recomendada es el periodo estival, para poder disfrutar del valor cromático de la laguna. Imprecinsible la cámara para retratar a los flamencos.
Descarga la guía de la Laguna de Peñahueca.
Fuente: Turismo de Castilla-La Mancha / Gobierno de Castilla-La Mancha.