En el Paraje Natural Municipal de la Murta y la Casella descansan las ruinas del Monasterio de los Jerónimos de Nuestra Señora de la Murta (siglos XIV-XIX), entre las que sobresale la imponente Torre de las Palomas. En este valle se instalaron once ermitaños en 1357 y en 1376 obtuvieron una bula pontificia para construir un monasterio. Tras ser un centro espiritual y cultural, protegido por el noble linaje de los Vic, visitado por San Vicente Ferrer, Felipe II o San Juan de Ribera, entre otros ilustres personajes, fue finalmente víctima de la desamortización y exclaustración de 1835, pasando a manos privadas e iniciándose el proceso de abandono.
El Monasterio ha sido declarado Bien de interés Cultural. En la actualidad es de propiedad municipal y se ha ido iniciando su recuperación. A su alrededor, se pueden visitar diferentes puntos como las ermitas del Mont Calvari de estilo rupestre, y la de Santa Marta con sus pinturas murales, la Font de la Murta o el acueducto. Entre el parking y el Monasterio de la Murta hay algo menos de dos kilómetros, así que en 10 o 15 minutos habremos llegado a nuestro destino. Se trata de un recorrido rodeados por un paisaje verde, que nos traslada a los grandes valles del Cantábrico o los Pirineos en lugar de las montañas frente al Mediterráneo. El recorrido es por una pista forestal en buen estado, por lo que toda la familia puede participar en la excursión.