Dentro del Parque Natural de Montserrat, muy cerca de Barcelona, se encuentra uno de los lugares de peregrinación más populares de España: el Monasterio de Santa María de Montserrat.
Desde el siglo XII, los peregrinos han sido atraídos a la montaña para venerar la milagrosa imagen de la Virgen de Monserrat (La Moreneta).
Según la tradición católica, la estatua de la Virgen de Montserrat fue esculpida por San Lucas en torno al 50 d.C. y la trajo a España. Estaba escondida en una cueva, la Santa Cueva, donde fue redescubierta en el año 880 dC.
De acuerdo a la leyenda del descubrimiento, que fue registrada por primera vez en el siglo XIII, la estatua fue descubierta por los pastores, viendo una luz brillante acompañada de música celestial que finalmente los llevó a la gruta y a la estatua.
En 1881, la Virgen fue coronada de acuerdo con el Derecho Canónico y proclamada patrona de Cataluña por el papa León XIII.
El Monasterio de Santa María de Montserrat, situado cerca de la cima de la montaña de 1.200 metros, es el hogar de cerca de 80 monjes. Los monjes reciben a los visitantes y les invitan a participar en sus celebraciones diarias de la Misa y recitaciones de la Liturgia de las Horas.
La Basílica, junto al monasterio, alberga la venerada Moreneta. Para visitar la estatua, se tiene que entrar en la iglesia por una puerta lateral a la derecha. La imagen de la Virgen es una pequeña estatua románica de madera. Representa a una Virgen negra sentada con el niño Jesús en su regazo. Su color oscuro se debe a los cambios en el barniz con el paso del tiempo.
La Basílica también tiene una de las atracciones más señaladas del Monasterio, la Escolanía de 50 miembros, uno de los más antiguos y prestigiosos coros infantiles de Europa, que data del siglo XIII. A la 1 del mediodía diariamente se les oye cantar “Salve Regina” y el “Virolai” (himno de Montserrat) en la basílica.
Diversas rutas de senderismo y el Funicular de Sant Joan, llevan a los visitantes a la Santa Cova, el sitio tradicional del hallazgo de la Virgen. La gruta data del siglo XVII y fue construido en forma de cruz. El funicular va hasta la mitad, pero el resto del viaje se debe hacer a pie.
Además de visitar el monasterio, la Virgen, la Santa Cueva y la Escolanía, en el recinto encontraréis muchas más cosas interesantes, como el Museo de Montserrat, la Biblioteca, tiendas donde comprar recuerdos originales y muchísimas rutas para caminar y respirar aire puro con los niños.
También disponéis de varios restaurantes para desayunar o comer, donde podréis disfrutar de su típico postre Mel i mató (requesón con miel), entre otras cosas buenísimas, y también de varios hoteles por si os queréis quedar a dormir.