Uno de los lugares más emblemáticos de Bilbao es el monte Artxanda. Subir andando ofrece la posibilidad de conocer la ciudad desde otra perspectiva. Sin embargo, siempre hay medios más cómodos y rápidos para ascender con los niños, como son el funicular o el autobús.
Ascendiendo por el centenario funicular o siguiendo el trazado
del sendero "Anillo Verde" de Bilbao, se llega hasta el parque de
Artxanda, un espacio de ocio y
memoria de Bilbao.
Desde el mirador de Artxanda se puede contemplar una de las mejores panorámicas del “Botxo” y del Bilbao metropolitano.
Desde hace más de 100 años, Artxanda es uno de los pulmones verdes de la ciudad, donde disfrutar del tiempo libre paseando, patinando, admirando el paisaje o degustando los productos gastronómicos de su variada oferta hostelera.
¡Este sitio se convertirá en uno de los lugares preferidos de los niños!
El primer viaje del funicular se realizó el 7 de octubre de 1915. Se construyó para facilitar el acceso desde el centro de Bilbao a la zona de esparcimiento de Artxanda y, hasta hoy en día, sigue desempeñando esa misma función.
Durante la Guerra Civil, en 1937,
este espacio de ocio se
convirtió en escenario de cruentas
batallas por la defensa de Bilbao.
En recuerdo de los gudaris y
milicianos que lucharon por
defender la villa, en 2006 se erigió
en Artxanda la escultura “Aterpe”,
de Juanjo Novella y cada año se
celebra un acto de homenaje en
su honor.
A finales del siglo XIX, ya existían en las laderas de Artxanda los populares chacolís. En ellos, además de degustar el típico vino vasco que les daba nombre, se podía disfrutar de suculentas comidas a la sombra de las parras.
¡Eskerrik asko Bilbo ez gaituelako harritzeari uzten!