En el Museo de la Tortura se muestran las distintas armas, artefactos, utensilios, elementos y herramientas que se utilizaban en Toledo en la Edad Media contra la gente/delincuentes que no estaban de acuerdo con el poder para torturarles, ejecutarles y denunciarles con el fin de obtener confesiones de las herejías o cualquier suceso que estuviese fuera de lo establecido por el poder religioso y civil en el periodo de la Inquisición.
El museo está situado en el casco antiguo de Toledo (calle Alfonso XII).
Algunos de estos elementos de tortura son: el fuego, la garrucha (donde se le sujetaba las manos del sentenciado, que se encontraba suspendido en el aire, y se le golpeaba con una polea hacia el suelo) y la toca (se le sujetaba al sentenciado en posición inclinada y con la cabeza abajo y los pies arriba y se le hacía tragar una toca y se le hacía beber agua hasta no poder más).
Otras máquinas y elementos que destacan en el museo son: la guillotina, el collar de puas, la doncella de hierro y las máscaras infamantes.
A lo largo del museo están perfectamente ubicadas informaciones explicativas sobre los distintos métodos de tortura y su historia, para que el visitante pueda entrar más en contexto.
La exposición del museo no es de fácil acceso debido a que carece de ascensor y presenta varios pisos.
La duración de la visita es de 20 minutos sin detenerse detalladamente a informarse en los carteles informativos o desde 30 a 40 minutos si se detiene a leer los paneles informativos.
Existe la posibilidad de hacer precio combinado con otras exposiciones del mismo grupo. La entrada se puede comprar online o en el propio museo.
Una recomendación es realizar una visita al Museo de los Concilios y de la Cultura Visigoda.