A pocos kilómetros del casco urbano de Llíria se encuentra el Parque de San Vicente.
Para llegar, hay dos posibilidades: podemos acceder a él por la Vía Verde de Llíria o bien, acceder en coche o bus por la carretera CV-25 Llíria-Segorbe.
El entorno de esta zona es ideal para pasar un día de ocio al aire libre, dado que el parque está equipado con varias zonas de picnic; o para la práctica deportiva, con zonas de juegos para niños, baños públicos, un restaurante, un espacio de gimnasia para las personas de la tercera edad y vía accesible para personas con movilidad reducida.
En definitiva, un lugar en el que ponernos en contacto con la naturaleza y donde poder pasar un día inolvidable en familia.
El Parque de San Vicente es un frondoso bosque, botánicamente muy rico, donde podemos encontrar: olmos, acacias, chopos, eucaliptos, plataneros, sauces, cipreses y pinos. Cabe destacar también la fauna acuática, compuesta por peces, sobretodo carpas, y aves acuáticas, patos de diferentes especies, y destacan también las ardillas y las palomas.
Al llegar al parque, quien lo visita, disfruta de la tranquilidad del paraje lleno de historia y tradición.
En sus orígenes, los romanos erigieron aquí un templo dedicado a las ninfas, consideradas las diosas del agua, y en el siglo XVIII los cristianos construyeron una ermita dedicada a San Vicente Ferrer.
Dice la tradición que cerca de un olivo que se encuentra entre la ermita y la fuente, el padre Vicente, en el año 1410, al pronunciar estas palabras: "Creixerà i minvarà, però per a beure mai en faltarà" ("crecerá y menguará, pero para beber nunca faltará"), hizo rebrotar el agua de la fuente que estaba seca.