En pleno centro de Huesca se encuentra el Parque Miguel Servet, pulmón de la ciudad y uno de los mayores privilegios con los que cuentan los habitantes de Huesca. Está construido sobre los antiguos jardines de los Lastanosa, familia que durante el siglo XVII poseía un bonito palacio en dicho zona, rodeado de jardines y con un pequeño zoo.
El diseño de esta zona ajardinada data de las primeras décadas del siglo XX. Alberga gran cantidad de tipos diferentes de plantas que van desde especies comunes como los chopos, magnolios, plátanos… hasta especies como el gingo originaria de Japón y China, si olvidarnos de las especies acuáticas que habitan en sus numerosos estanques, repartidos por todo el parque, donde comparten hábitat con patos, cisnes, ocas y ranas.
Los protagonistas del parque son los niños, ya que cuentan con numerosas zonas de juego que en verano se ven reforzadas por animadores infantiles.