Fue residencia real veraniega y declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO en 1984. En plena Sierra de Guadarrama se encuentra el Monasterio y Real Sitio de San Lorenzo de El Escorial, un lugar que precisamente por su ubicación cuenta con maravillas naturales como La Herrería y el Pinar de Abantos.
Disfrutar de un paseo por las calles de San Lorenzo de El Escorial es un momento de esos únicos, en los que se respira un ambiente especial. Mientras la recorréis, podéis aprovechar para saborear la auténtica cocina madrileña y serrana en alguno de los restaurantes o cafeterías que nos iremos encontrando.
Esta villa madrileña también alberga exposiciones de gran interés artístico y cultural, como conciertos, teatro o danza. El Teatro Auditorio y el Centro de Interpretación son los lugares donde poder descubrir el arte y la cultura de San Lorenzo.
Y, como en todos lados, también podemos acudir a San Lorenzo de El Escorial en algunas de las fechas en las que hay celebraciones especiales. Como por ejemplo la Romería de la Virgen de Gracia, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, o en la Travesía de las Cumbres Escurialenses, un recorrido de unos 22 kilómetros por las cuatro cumbres que rodean El Escorial.
Pero, sin duda, la joya de la villa es su Monasterio.
En medio de un entorno natural increíble, se encuentra el Real Monasterio de San Lorenzo de El Escorial, considerado como la octava maravilla del mundo desde finales del siglo XVI. Se trata de un lugar de impresionantes dimensiones y de gran valor que fue construido en tan solo 20 años tras el mandato de Felipe II en 1563.
La decoración del Monasterio fue encargada a algunos de los artistas más destacados de la época. Si sois amantes del arte, no os podéis perder uan visita al Museo de Arquitectura y Pintura, que cuenta con una importante colección de pinturas de El Greco, Tiziano, Velázquez, El Bosco o Zurbarán, entre otros.
Entre sus dependencias destacadas que se pueden visitar se encuentran:
A tan solo dos kilómetros y medio del municipio se puede visitar un lugar en la naturaleza que cuenta con una gran historia. La Silla de Felipe II es un asiento de granito tallado que el monarca utilizaba para observar el desarrollo de las obras del Monasterio. Algunos expertos aseguran que son restos de un milenario altar celtíbero.
Al igual que hacía Felipe II, desde este lugar podréis contemplar unas vistas panorámicas del Monasterio y os daréis cuenta de que tiene forma de parrilla invertida, en homenaje a San Lorenzo, que fue martirizado en una de ellas.
Además, supone el punto de partida de varias rutas a través de la montaña. Una de ellas es la senda ecológica, adaptada para personas con discapacidad, que conduce hasta el paraje conocido como Fuente de la Reina, donde se puede ver el famoso Tilo de la Mano, un ejemplar catalogado como Árbol Singular por la Comunidad de Madrid.