La Vía Verde de Itálica posee ruinas y tesoros, desde las inmortales ruinas de Itálica a los recuperados parajes naturales del Guadiamar.
Discurre por la antigua línea de tren que unía Aznalcóllar con San Juan de Aznalfarache, el trazado ferroviario más oriental de todos los que se construyeron en la Faja Pirítica del suroeste ibérico. Tuvo como función principal el transporte de minerales desde las minas de la zona hasta el muelle de “Los Gordales”, en el río Guadalquivir, pasando por la localidad de Santiponce, donde se encuentran los restos de la ciudad romana de Itálica.
El origen de la vía verde de Itálica se encuentra en la Isla de la Cartuja de Sevilla con 2 Kilómetros de trazado totalmente acondicionado hasta Camas. Posteriormente la vía verde continúa desde las inmediaciones de la Cochera de Máquinas de Camas hacia Santiponce.
Tras cruzar el valle del río Guadiamar toma dirección hacia el entorno paisajístico de la dehesa serrana del valle del río Agrio, finalizando en las faldas de Sierra Morena, en las cercanías de la localidad de Aznalcóllar. Del trazado original del ferrocarril, han desaparecido por completo el tramo entre Camas y el Muelle de Los Gordales, y el tramo que iba de las minas de Bolidén a Aznalcóllar.
Actualmente la Vía Verde de Itálica comunica físicamente el Aljarafe central con el Aljarafe Norte, recorriendo paisajes llenos de historia, donde los amantes de la historia y la arqueología pueden visitar el Conjunto Arqueológico de la ciudad romana de Itálica, que dan nombre a la vía, en Santiponce, el Conjunto Histórico de Sevilla.