El Alcázar del Toro es una fortificación fechada en el siglo X que se encuentra en la comarca de Tierra del Vino en la provincia de Zamora. Esta edificación sirvió para defender la ciudad de Toro.
Si queréis hacer una excursión histórica en familia, no dudéis en visitar el Alcázar. Esta construcción cuenta el pasado de la ciudad y cómo los diferentes reyes mandaban en el lugar.
El Alcázar se construyó durante el siglo X sobre una acrópolis a 110 metros del Río Duero. En un primer momento formaba parte de la muralla, pero de esta parte sólo se conservan los muros exteriores.
Actualmente, del recinto se puede observar que perdura una forma romboidal con siete torreones en las esquinas elaborados con forro de mampostería caliza.
Al lado sur de la edificación se encuentra la puerta de acceso, que tiene una portada fechada del siglo XVII y ocupa el lugar que fue antiguamente de la Torre Homenaje (derrumbada en el siglo XIX).
En la parte interior del Castillo, las habitaciones rectangulares se adosan de manera que se queda un patio en el centro, restaurado en los últimos siglos.
La ubicación del Alcázar es estratégica porque domina el río Duero. Además, este recinto representa el prestigio militar de la ciudad de Toro en la Edad Medieval.
En el 1931 fue declarado Monumento Histórico Artístico.
El Acrópolis fue residencia del rey Pedro I de Castilla. Más adelante, en el siglo XIV, pasó a ser de Alfonso XI y María de Portugal. Acabó también siendo la residencia de los Reyes Católicos, aunque estos tenían otras por todo el territorio.
Fue una construcción de gran relevancia durante la Guerra de Sucesión Castellana, dónde tuvo lugar la Batalla de Toro (1476).
La visita al Alcázar de Toro es libre y gratuita, por lo que se puede visitar cualquier día del año en familia.
En la misma ciudad de Toro podréis encontrar una oficina de Turismo, dónde os resolverán las dudas.